Tras largos meses de silencio, pero de elevada actividad lectora vuelvo para recomendar con ansia una serie de libros que estoy terminando ahora. Como es fácil de suponer por el título de la entrada se trata de la serie Escipión escrita por Santiago Posteguillo y está compuesta por tres volúmenes de cerca de mil páginas cada uno. Pero que no desespere aquél o aquella que tema enfrentarse a libros largos. Las frases y las palabras fluyen de tal modo que lees 400 páginas sin siquiera darte cuenta. Que tampoco desesperen aquellos a los que no les gusta la historia, pues esta es una buena novela histórica y como tal se lee sin suplicio alguno.
Por ahora solo he leído el primer volumen; "Africanus, el hijo del cónsul" que narra las aventuras y desventuras del joven Publio Cornelio Escipión, hijo del cónsul homónimo. Ocurre durante una época crucial para el gobierno Romano de la época, su hegemonía se veía atacada cruentamente por el cartaginés mundialmente conocido Aníbal Barca. Las intrigas del senado, las diferentes estrategias de la guerra, la historia familiar de ambos líderes... Las historias se cruzan y entrecruzan siempre siguiendo el orden cronológico para que no te pierdas en los largos e intrincados caminos de la historia.
Es una novela que se lee casi sola. Con un golpe de pluma Santiago Posteguillo te traslada al año 218 aC, te rodea el ambiente militar de la época, te expone la situación en la que se encontraban todos los personajes y por mucho que sepas como terminará la batalla del Tesino no puedes parar de leer hasta llegar a la última palabra.
Es una novela que se lee casi sola. Con un golpe de pluma Santiago Posteguillo te traslada al año 218 aC, te rodea el ambiente militar de la época, te expone la situación en la que se encontraban todos los personajes y por mucho que sepas como terminará la batalla del Tesino no puedes parar de leer hasta llegar a la última palabra.
Si eres una de esas personas amantes de la historia, un tanto puntillosas que se dedican a contrastar con los grandes historiadores cada uno de los hechos que se mencionan en la novela, tampoco te dejará indiferente. Pues Africanus es una novela de alta rigurosidad histórica que llega al nivel de Yo, Claudio de Robert Graves.
4 comentarios:
Pero bueno Carol, ¡¡qué sorpresa!! Me alegro que hayas vuelto por el bloguerío.
jajaja, ¿cómo que leer historia no novelada es un "suplicio"? ¡Pero si es la mar de interesante! No sé si has tenido alguna vez ocasión de leer directamente las fuentes (a las obras de los autores romanos, me refiero), pero te aseguro que son muy entretenidas.
Pero apunto este libro que dices, ya que me juras y me perjuras que tiene mucho rigor historico.. :-)
Un abrazo
Hola Víctor!
Pues si parece que vuelvo, a ver si es de un modo más constante que el año pasado...
"Suplicio" igual es una palabra demasiado fuerte, pero en mi humilde opinión cuando llego a mi casa cansada y me tumbo en el sofá con un libro entre las manos espero que me evada del todo, que me enganche y que me haga seguir leyendo sin pausa. Y en eso coincidirás conmigo en que es mucho más fácil que te lo aporte una novela que las fuentes. Dicho sea de paso no he leído las obras de los autores romanos, es una gran laguna que tengo y que no encuentro ni el tiempo ni la fuerza de voluntad para paliarla. A no ser que hagas la vista gorda y aceptes la Ilíada y la Odisea como fuente histórica.
Apunta el libro, apunta que realmente merece la pena. En cuanto a la rigurosidad histórica si encuentras algún fallo en su momento me cubro las espaldas diciendo que el que ha comprobado los datos, las fechas, los lugares y los personajes ha sido mi padre yo como buena hija le he creído...
Carol, voy a seguir tu recomendación en cuanto pueda, pero por ahora lo que más me interesa es darte la bienvenida a la blgósfera y contarte que extraño esa etiqueta que dice "relato propio". Todos tus relatos me han parecido excelentes y alguno en una categoría superior a eso.
Un abrazo desde Buenos Aires.
¡Gracias Roberto! Siempre es agradable recibir buenas críticas :) Pero últimamente escribo más bien poco, igual es por pasar demasiadas horas delante del ordenador durante el día que cuando llego a casa no tengo ganas de ponerme frente a una pantalla... Pero bueno, quien sabe.
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