jueves, 12 de febrero de 2009

El Dios de la lluvia llora sobre Méjico

Saludos lectores,

Tras tanto tiempo de silencio por causa de los exámenes y mi viaje a Holanda, vuelvo a dar señales de vida para hablar de un libro que leí hace tiempo pero que recientemente me hicieron recordar. Me refiero a El Dios de la lluvia llora sobre Méjico de Laszlo Passuth.

Puede resumirse como una novela épica de aventuras dónde se narra la conquista de Méjico al frente de Hernán Cortés. Lo bueno de la novela es que consigue hacer llegar al lector muchos aspectos de la personalidad de Cortés que en los libros de texto desaparece. No se trata simplemente de la hazaña de Cortés al conquistar el nuevo mundo, sino que además realza su humanidad haciéndote partícipe de sus sentimientos y sensaciones frente a un mundo enteramente nuevo y completamente distinto del que conoce. Sin embargo, pese al abismo de diferencias entre la cultura Azteca y la Española de la época, Cortés consigue llegar a comprender al Terrible Señor Moctezuma II sin despojarlo jamás de la realeza que emana de su corona de plumas y de su imponente persona. Realza también el gran atractivo y la gran elocuencia de Cortés, ambos caracteres de su atrayente personalidad haciendo que, en los momentos más difíciles, consigua el favor de sus soldados. Aunque no todo es de color rosa, también es presente con toda la fuerza y brutalidad el lado más cruel de Cortés.

Pero aunque la historia la escriban siempre los vencedores, Passuth no se olvida de los vencidos. Moctezuma, el gran derrotado, el caudillo-Dios de los aztecas, gobernador de toda Centroamérica desde la divina ciudad de Tenochtitlán, lo tenía todo antes de la llegada de Cortés. Era el hombre más poderoso, el más temido, el más sabio, el Dios todopoderoso que vive medio abrumado por la pesada carga de la soledad que conlleva el poder supremo. Es a través de esa soledad que Passuth nos acerca a la humanidad de Moctezuma, es el lado desconocido del semi-Dios el que enternece y hace llorar al lector cuando muere entre los brazos de Cortés asesinado por su propia gente.

Tampoco se deja en el olvido a Mallinalli, la mujer que más amó a Cortés, la traductora de la comitiva, el mayor acercamiento de culturas que se experimenta en toda la novela. El punto de apoyo de Cortés antes de dirigirse a sus hombres, y la ambigüedad del gran amor de Cortés hacia una cultura que esta aplastando tras su paso.

Novelado de un modo fresco y descriptivo, Passuth hace revivir parte de la historia de nuestro mundo a todo aquel que se adentre en las páginas de Tlaloc, el Dios de la lluvia.