viernes, 12 de marzo de 2010

Miguel Delibes

Saludos lectores,

Es triste leernos en estas circunstancias... Lamentablemente, suele pasar.

El Camino, El Hereje, Las ratas, Los Santos Inocentes, Cinco horas con Mario, La sombra del ciprés es alargada...La Mortaja.

"El fin de todo es inevitable" (J. Gaarder)

Nada más que rendirle un pequeño homenaje a tamaño escritor que nos dejó esta mañana. Siempre me apena la desaparición de un escritor que me agrada...

11 comentarios:

Neverknowsbest dijo...

Ostia, ¿Delibes también? Yo que vi tu nueva aparición y me puse todo contento, me has dado una mala noticia.

No me lo esperaba, ¡qué pena, por Dios!

Víctor dijo...

Yo no tengo una experiencia demasiado buena con Delibes. Me tuve que leer un libro suyo en el colegio, con 11 ó 12 años, y no me gustó casi nada. "Las Ratas" era. Y le cogí al autor la típica manía infantil.

Menos mal que en este magnífico blog de literatura, su productora y directora creativa me va a recomendar un buen libro de Delibes, ¿verdad?.. :-)

Carol dijo...

Oh, por supuesto!
A mi las Ratas me gustó bastante, la verdad. Pero el Camino me apasionó y La sombra del ciprés es alargada (que es el último que he leído) me sobrecogió de una manera espectacular. De los nombrados en la entrada te recomiendo cualquiera, pero el que menos Cinco horas con Mario a mi en su momento se me hizo un tanto pesado. Aunque igual fue el momento en el que lo leí que me hizo tener esa impresión, es parte de la gracia de las novelas que cambian según el estado receptivo de uno. Lo mismo pasa con los autores, seguro que el Delibes que puedas encontrar ahora en sus novelas no será el mismo que encontraste a los 11.

Nautilus dijo...

Los escritores desaparecen; los escritos de los escritores no. ¿ No es acaso la escritura un modo de evitar la finitud de la existencia humana ? Yo creo que sí.

Un cálido abrazo, Carol.

Carol dijo...

Por supuesto que si Yamil, pero no todos podemos. La mayoría de nosotros pasamos por el mundo sin pena ni gloria. Es triste pero es así.
Abrazos a ti también.

Víctor dijo...

Carol, si escribimos ALGO (en el blog) es más fácil que perduremos. Es triste pero es así.. ;-P

Carol dijo...

Ese mensaje es supraliminal mínimo!
Jajajaja ya escribiré algo un día de estos, que se acerca Sant Jordi y es una festividad bien digna de ser mencionada en mi blog.

Roberto dijo...

Carol, coincido con Víctor: tus lectores queremos ALGO... no haría falta que TODAS las veces fuese algo extremadamente importante o trascendente. A mí me pasa con bastante frecuencia que tengo poco tiempo para escribir o, lo que es peor, no se me ocurre algo suficientemente digno para poner en mi blog. Creo que en ese caso también es importante mantener alguna clase de comunicación con mis lectores; es como en una conversación: no todos los temas son trascendentes pero, a veces es mejor conversar que no hacerlo.

Un saludo cordial desde Buenos Aires.

Carol dijo...

Bien, me apunto el consejo!

Nautilus dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Nautilus dijo...

Yo discrepo con la respuesta de Carol. De alguna manera, en su círculo de existencia, una persona cualquiera puede encontrar formas muy desapercibidas de éxito, y tambien, modos muy desapercibidos de fracaso. Consideremos una figura popular en los medios y en la sociedad moderna. A Albert Einstein se lo recuerda por ser un pensador originalísimo en la ciencia y de ser pacifista, pero si yo lo evaluo en su vida familiar, fue un desastre, y tambien era un machista insoportable. Hay numerosos ejemplos como este. Todos somos humanos. Todos trascendemos y todos fracasamos, según el ámbito que consideremos de esa persona. Lo mismo, creo, ocurre en el caso de los escritores. ¿ Cuantas historias secretas se pierden, y cuántas sobreviven ? Giovanni Papipi dijo que, de escribir el "hombre de la calle" una historia de su vida, tendríamos una obra maestra de la literatura. Yo creo que, salvando algunos acontecimientos baladí, esta apreciación es muy veraz. Todos somos protagonistas de un pequeño teatro; nadie puede decirnos, sin embargo, quién es el espectador. Y nadie sabe aún si habrá aplausos al finalizar la Comedia. O la Tragedia.

¡ Besos !