Saludos lectores,
Coincidiendo con la primera entrada del año 2009, deseándoos un feliz año nuevo a todos vosotros, escribo sobre Rabos de Lagartija, que es sin duda la mejor obra que he leído de Juan Marsé. La más completa, la más cruel, la más tierna, la más verdadera a la vez que la más fantasiosa.
Narrada por Víctor Bartra (hijo), un no nato que desde el vientre de su madre habla con ella y su hermano a la par que con nosotros, mostrándonos cruda y cruel la vida un tanto atropellada de David Bartra, un joven fantasioso hijo de un desaparecido padre alcohólico buscado por la “justicia” franquista y una emprendedora pelirroja, ex maestra de escuela y actual costurera del barrio del Guinardó. Un profundo retrato de la sociedad de la posguerra, de la antigua Barcelona y de lo que ahora no es más que un barrio residencial, un escenario de pobreza, muchachos que deambulan por la calle, la fascinación por el cine y la sexualidad reprimida. La melancólica pareja del desventurado David y Chispa su fiel perro viejo, feo, ciego y sordo son el eje de la novela, y a su alrededor suceden las más desgarradoras historias.
Rabos de lagartija es la historia de las relaciones frustradas, donde no hay ni héroes ni triunfadores porque en la España franquista tan solo hay víctimas. En 1945, en una barriada marginal de Barcelona, el barrio del Guinardó, en un antiguo consultorio de un otorrinolaringólogo fusilado vive realquilada una maestra represaliada, Rosa Bartra, conocida como “la pelirroja” en compañía de sus tres hijos, Juan Bartra muerto por una bomba durante la guerra, David Bartra aprendiz de fotógrafo de bodas y bautizos y el aún no nato Víctor Bartra. Recibe periódicas visitas del inspector Galván con el pretexto de indagar sobre su marido Víctor Bartra (padre), rebelde en paradero desconocido. Sin embargo oculta un amor desesperado hacia la insólita pelirroja, amor que le valdrá el odio del mayor de sus hijos vivos, David, que no descansará hasta probar la falsedad del guripa ante los ojos de su madre.
David vive permanentemente entre la realidad y la ficción, entre la verdad y la mentira. Plenamente consciente de lo que sucede pero demasiado fantasioso para no añadir sus sueños y sus visiones a la vida misma. Las largas mañanas en busca de rabos de lagartija para curar las almorranas de su íntimo amigo, Paulino. Las oscuras tardes en el cine Delicias, en compañía de Paulino dónde le susurra los abusos a los que le somete su tío ex Guardia Civil. Las noches en vela recibiendo las visitas de Juan, su hermano muerto, de su padre permanentemente ebrio y embadurnado en sangre, del arrogante piloto de la RAF que lo mira desdeñoso con su flamante cazadora de cuerdo desde el póster de su habitación. Y la vida de David transcurre así, en busca de Amanda la niña que circula en bicicleta de hombre, odiando en silencio al guripa que les trae café-café, azúcar y chocolate. Mintiendo por los descosidos, haciendo la vida más real de lo que es viendo como las vidas de todos los que le rodean se desmoronan en un abrir y cerrar de ojos. Sufriendo por la culpabilidad que siente frente a todas las desgracias de su madre, de su hermano y de su amigo.
Una desgarradora ficción que muy bien podría ser una más de todas las desgarradoras verdades que por España se esconden.
Coincidiendo con la primera entrada del año 2009, deseándoos un feliz año nuevo a todos vosotros, escribo sobre Rabos de Lagartija, que es sin duda la mejor obra que he leído de Juan Marsé. La más completa, la más cruel, la más tierna, la más verdadera a la vez que la más fantasiosa.
Narrada por Víctor Bartra (hijo), un no nato que desde el vientre de su madre habla con ella y su hermano a la par que con nosotros, mostrándonos cruda y cruel la vida un tanto atropellada de David Bartra, un joven fantasioso hijo de un desaparecido padre alcohólico buscado por la “justicia” franquista y una emprendedora pelirroja, ex maestra de escuela y actual costurera del barrio del Guinardó. Un profundo retrato de la sociedad de la posguerra, de la antigua Barcelona y de lo que ahora no es más que un barrio residencial, un escenario de pobreza, muchachos que deambulan por la calle, la fascinación por el cine y la sexualidad reprimida. La melancólica pareja del desventurado David y Chispa su fiel perro viejo, feo, ciego y sordo son el eje de la novela, y a su alrededor suceden las más desgarradoras historias.
Rabos de lagartija es la historia de las relaciones frustradas, donde no hay ni héroes ni triunfadores porque en la España franquista tan solo hay víctimas. En 1945, en una barriada marginal de Barcelona, el barrio del Guinardó, en un antiguo consultorio de un otorrinolaringólogo fusilado vive realquilada una maestra represaliada, Rosa Bartra, conocida como “la pelirroja” en compañía de sus tres hijos, Juan Bartra muerto por una bomba durante la guerra, David Bartra aprendiz de fotógrafo de bodas y bautizos y el aún no nato Víctor Bartra. Recibe periódicas visitas del inspector Galván con el pretexto de indagar sobre su marido Víctor Bartra (padre), rebelde en paradero desconocido. Sin embargo oculta un amor desesperado hacia la insólita pelirroja, amor que le valdrá el odio del mayor de sus hijos vivos, David, que no descansará hasta probar la falsedad del guripa ante los ojos de su madre.
David vive permanentemente entre la realidad y la ficción, entre la verdad y la mentira. Plenamente consciente de lo que sucede pero demasiado fantasioso para no añadir sus sueños y sus visiones a la vida misma. Las largas mañanas en busca de rabos de lagartija para curar las almorranas de su íntimo amigo, Paulino. Las oscuras tardes en el cine Delicias, en compañía de Paulino dónde le susurra los abusos a los que le somete su tío ex Guardia Civil. Las noches en vela recibiendo las visitas de Juan, su hermano muerto, de su padre permanentemente ebrio y embadurnado en sangre, del arrogante piloto de la RAF que lo mira desdeñoso con su flamante cazadora de cuerdo desde el póster de su habitación. Y la vida de David transcurre así, en busca de Amanda la niña que circula en bicicleta de hombre, odiando en silencio al guripa que les trae café-café, azúcar y chocolate. Mintiendo por los descosidos, haciendo la vida más real de lo que es viendo como las vidas de todos los que le rodean se desmoronan en un abrir y cerrar de ojos. Sufriendo por la culpabilidad que siente frente a todas las desgracias de su madre, de su hermano y de su amigo.
Una desgarradora ficción que muy bien podría ser una más de todas las desgarradoras verdades que por España se esconden.
22 comentarios:
Precioso escrito me ha encantado mucho...
te dejo mis mejores deseos para este año...
un abrazo inmenso
Muchas gracias por pasarte Adolfo, yo también te doy mis mejores deseos para el 2009.
Te confieso que tengo atravesados a los escritores españoles desde que me obligaban a leerlos de niño en el colegio. Me parecía que contaban unas historias aburridísimas, comparadas con las historias de aventuras que entonces me gustaban. Y por inercia tiendo a evitarlos todavía, aunque ya sin justificación alguna. Igual esta entrada tuya me ayuda a corregir esa anomalía. Feliz Año Carol, y suerte con los Reyes.
En serio Víctor, te recomiendo muchísimo Rabos de Lagartija. Me ha gustado tanto... de verdad. Y me encanta esto de poder situar las calles, las casas, los cines...todo, poder recorrer el escenario imaginándomelo de verdad porque yo vivo allí, porque he estado infinidad de veces en el Guinardó y porque nada más cerrando los ojos que puedo verlo todo. Es algo que no puedo hacer casi nunca leyendo :)
Feliz año y felices Reyes para ti también!!
Me encantó su "Ronda del Guinardó" y "Ultimas tardes con Teresa".
Juan vive en mi barrio, a veces le veo.
Dani
No he leído Ronda del Guinardó, pero si Ultimas tardes con Teresa y también me gustó mucho. Pero te aseguro que esta la supera, y mucho.
Woo...Dani que pasada que viva en tu calle no?? Creo que lo asaltaria para pedirle un autógrafo...como cuando me encontré a Umberto Eco la primere vez que fui a París, lo asalté con el Nombre de la Rosa.
¡Coincidencias...! Estoy leyendo ahora "Rabos de Lagartija", aunque debo decir que J. Marsé no es uno de mis autores favoritos. A pesar de eso he leído mucha obra suya, por aquello de que "algo tendrá el agua cuando la bendicen" :)
Esta me parece bastante diferente de las ya leídas y creo que me gustará. Tiene una estructura que me me ha sorprendido, en relación a las otras.
Tu recomendación es un punto a su favor.
Un abrazo, Carol.
Jajaja ¡¡Qué gracia Trenzas!!! Espero que te guste la novela, a mi personalmente me pareció muy interesante. OSbretodo como trata el tema, y los personajes también me gustaron bastante. Pero a diferencia de ti, a mi Marsé me parece un buen escritor, vamos que me gusta bastante. Tampoco he leído muchas obras suyas, tan solo "El embrujo de Shangai" porque rodaron la película en mi barrio y al ver los montages y todo, me hizo gracia leermelo. Y "Últimas tardes con Teresa" que me lo amndaban para la selectividad, este también me gusto. Pero nada, ninguno comparable a "Rabos de Lagartija", este me ha gustado de verdad.
Pues sigo coincidiendo contigo; el que más me ha gustado de Marsé, con una estructura muy bien lograda. Lo que intuyen y lo que saben se complementa para dar paso a la realidad.
Y el inspector Galván que no acaba de encontrar su sitio, me ha parecido perfecto como personaje.
Abrazos, Carol.
Jajaja ¡¡Bien, bien Trenzas me gusta que coincidamos!! Si, el inspector Galván es uno de los mejores personajes.
Abrazos!!
No es que sea demasiado mitómano...
espero que cuando sea yo alguien reconocido por mi obra (si, claro) nadie me pare por la calle por una firmilla.
;)
Dani
Ah, y no dejes de leer a Eduardo Mendoza si te gustan las histórias que pasan en Barcelona.
"Sin noticias de Gurb" y "La aventura del tocador de señoras" son las dos que me he leído de él, y me encantan por su estupidez y levedad.
Dani, otra vez.
Eh! Gracias Dani por tus consejos. Buenos libros sin duda.
Y descuida, cuando seas mundialmente reconocido por tu obra yo te asaltaré por la calle a por una firmilla. :)
Ya que sale Mendoza a colación... ¿no os parece que sus últimos libros son más bastante más flojos que los primeros?. Eso sí, "Sin noticias de Gurb" es magnífico.
Víctor:
Com he dit, només he llegit els dos llibres que esmento... i, potser perquè el Gurb me'l vaig llegir de massa petit, tinc un record molt més brillant de la aventura del tocador de señoras. Te l'has llegit? què en penses?
Dani
Dani!!! ¿En quin món vius? En víctor No sap Català, que és de Mdrid!!
En fin, Víctor, como Dani no ha caído en que la mayoría de Madrileños el Catalán no lo dominan te ha respondido a tu comentario en Catalán. De manera que lo traduzco por qi lo quieres contestar o si más no leerlo.
Dani dice:
""Como he dicho, solo me he leído los dos libros que nombro...e, igual porque "Sin noticias de Gurb" me lo leí de muy pequeño, tengo un recuerdo más brillante de "la aventura del tocador de señoras". ¿Te lo has leído? ¿Qué piensas de él?""
Venga, un beso!
Hola Dani,
Yo me he leido el libro de Gurb, El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas, y El último trayecto de Horacio Dos.
Creo que El misterio... y El laberinto... contienen la historia previa a La aventura del tocador.. (que no me he leído), así que supongo que serán parecidos a ésta, y que te gustarán.
Gurb me parece excepcional por su planteamiento tan original. El misterio... y El laberinto... me resultaron muy divertidos y además muy fáciles de leer, pues Mendoza escribe muy bien y con mucha agilidad. Me recuerdan un poco a la serie de Wilt, de Tom Sharpe
Pero luego llegué a Horacio Dos, y me pareció un poco rollo, la verdad. Como si Mendoza hubiera perdido algo de frescura. Entre eso, y que también me hablaron mal de Una comedia ligera, tengo abandonado a Mendoza... pero vamos, si en este blog (ejem...) se recomienda alguno, no tendré inconveniente en recuperarle.
Un saludo
Hola Carol... soy uno de los pocos madrileños que entienden el catalán (aunque no lo hablen), porque estuve viviendo una temporada en Barcelona, así que "no tinc cap problema amb aixo"... pero es un caso raro, gracias por preocuparte y por la traducción.
Y perdona por sacar un tema distinto del que trata la entrada, ya sé que no te gusta, pero me di cuenta del error cuando ya había puesto el comentario.. :(
Petons
Jaja, bueno Víctor, teniendo en cuenta lo abandonado que tengo el blog últimamente (culpa de los exámenes, por supuesto) hasta me parece bien que vosotros saquéis tema nuevo.
¿Así que viviste en Barcelona, eh?¿Verdad que es una ciudad hermosísima? Y bueno, puesto que entiendes el catalán permitiré que Dani siga hablándote en catalán. Pero también hay que reconocer que no es muy habitual... ¡¡mis temores estaban perfectamente bien fundados!! xD
Pues sí, pasé allí un año y medio. Es una ciudad que me gusta mucho, y muy agradable para vivir... sólo demasiado calurosa en verano.
Oye, se me ocurre una idea... vale que tu blog es de literatura y no de fotos, pero... ¿por qué no cuelgas fotos de lugares de Barcelona que se citen en este u otros libros que comentes? jeje, es sólo una idea, tú con exámenes y yo poniéndote tareas...
ale, sort!
Hmm...si no es mala idea lo de colgar algunas fotos que ambienten la lectura. pero.... ¡¡NO TENGO TIEMPO!! Mi vida ultimamente se va entre libros y bibliotecas... Igual en un futuro cercano me voy un rato por el Guinardó y saco unas fotos.
El llibre costa d'enganxar al principi, es fa avorrit, però quan ja hi ets no pots parar, i sense ser de les millors novel·les de Marsé, em deixa ben satisfet a l'hora de la lectura. És un llibre que recomanaria a molta gent per no dir gairabé tothom.....
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