domingo, 7 de diciembre de 2008

Memorias de Adriano

Saludos lectores,

Esta entrada se la dedico a los dos amigos que me propusieron leer conjuntamente Memorias de Adriano de Marguerite Yourcenar, por haber sido tan perspicaces al escoger tan buen libro. El año pasado ya hicimos una práctica semejante con El Extranjero de Albert Camus y los resultados fueron bastante interesantes. En un principio tenía la intención de obligarles a hacer una entrada conjunta, pero como veo que no terminan de acabarlo espero poder conformarme con un extenso comentario de su opinión o de su experiencia al leerlo.

Siempre he tenido una simpatía irracional hacia la época romana, supongo que tuve una especie de revelación con Yo Claudio y posteriormente me dejé seducir por la figura de Julio César. Sin embargo del emperador Adriano sólo había oído hablar una vez, fue en mi viaje a Egipto cuando tendría 13 años. Contemplando al impertérrito coloso de Memnón mi padre me hizo acercarme más que cualquier turista y mostrarme como gravado pacientemente en la piedra se podía leer claramente ADRIANO. No se porqué olvidé esta anécdota hasta que resurgió forzosamente de las profundidades de mi subconsciente al leer este libro. En un capítulo del mismo libro, cuando Adriano, destrozado por la muerte de su joven y bello amante Antínoo, se deja arrastrar por la corte de su despechada mujer para oír el lastimero quejido del coloso guardián de la ciudad es poseído por un extraño instinto de dejar marcado su nombre para la posteridad.

No cabe duda que Margueritte Yourcenar hizo un extraordinario trabajo de investigación para escribir este libro. El libro coge la forma de epístola que el emperador Adriano escribe a Marco Aurelio, su nieto político. Está narrado siempre en primera persona, con los sentimientos, los puntos de vista y las profundas cavilaciones del emperador expresadas de modo claro y contundente. Adriano medita sobre sus triunfos y sus derrotas, sus experimentos en las diversas religiones, su amor por la filosofía, la música y la poesía así como su indiscutible pasión hacia su ya nombrado amante Antínoo. Al principio me costó bastante situar en un marco histórico a Adriano, por eso tuve que remediar mi ignorancia investigando un poco al respecto. Pronto supe que Adriano fue emperador en el siglo II después de Cristo, en una época en la que prácticamente se había dejado de creer en los dioses romanos pero en la que aún no se había asentado el Cristianismo. También averigüé (aunque no me hubiese costado demasiado leer unas cuantas páginas más dónde queda aclarado a la perfección) que Adriano fue el hijo adoptivo de Trajano y, a su vez, también fue el padre y el abuelo adoptivo de Antonino Pío y Marco Aurelio. Sabía que la época de Trajano fue la mayor época de expansión del Imperio Romano pero aprendí que la era de Adriano fue “casi” equiparable a la Pax Romana de Octavio Augusto. Adriano como buen emperador-filósofo abogó por el diálogo, intentó minimizar las guerras al máximo ya que su predecesor estuvo, incluso, demasiado predispuesto a ellas y logró mantener un Imperio en una época en la que todo apuntaba a su desmoronamiento.

En mi opinión, Memorias de Adriano se trata de una novela que a su vez puede considerarse una clase magistral de historia antigua. Sin duda, altamente recomendable.

14 comentarios:

Trenzas dijo...

Reconozco que soy más griega que romana, en cuanto a afectos, pero éste sí que es un libro que merece todos los respetos.
La escritora luchó a brazo partido con esta novela a lo largo de casi 30 años antes de tener atados todos los cabos y una versión que complaciera a su exigente criterio.
A años luz de los "churro-libros" con tema histórico que nos venden ahora como maravillas de creación.
Excelente propuesta que me ha provocado las ganas de releerlo por enésima vez :)
Ya mismo empiezo.
Un abrazo fuerte, carol

Víctor dijo...

Halaaaaa, otro libro que me tengo que leer... voy a dejar de pasarme por este blog, que cada vez que vengo aparece un libro nuevo en mi casa ¡y ya tengo todas las estanterías llenas!

Como no me he leído ese libro no puedo comentarte nada sobre él... así que te hablaré de otro (esto ya te sonará, jeje).

A mi también me gusta mucho la historia, y la época romana es igualmente una de mis favoritas. Uno de los atractivos que tiene esa época sobre otras, es el fácil acceso que existe a las fuentes originales. Por supuesto que los libros buenos actuales -como seguramente lo es el que aquí nos comentas- no hay que dejar de leerlos (no así los "churro-libros", como los llama Trenzas).

Pero leer las fuentes es algo apasionante, así que te voy a recomendar una: "Vida de los Doce Césares" de Suetonio. Este Suetonio estuvo encargado de los archivos y de la correspondencia imperial en la época de Trajano, y posteriormente un tiempo con Adriano. Con la documentación que tenía a su cargo, y EN VIDA de Adriano, escribió un relato sobre la vida de los emperadores que habían reinado hasta su época (por tanto, los julio-claudios y los flavios).

Pienso que si la autora del libro que comentas ha querido redactarlo como lo hubiera hecho el mismo Adriano, ajustándose al tono que hubiera usado un romano de principios del s. II, ha podido encontrar en Suetonio un ejemplo magnífico.

Estos puentes lluviosos son perfectos para leer a estos romanos mohosos, jaja

Carol dijo...

¡Hola Trenzas!
Que bueno que te hayan entrado ganas de releerlo otra vez. Si, realmente es una buena novela histórica, las partes que comparé para paliar mi ignorancia luego resultaron estar más que bien plasmadas en el libro. Así que hay que reconocer el gran mérito que tiene la escritora.

Carol dijo...

¡No Víctor! ¡No dejes de leerme! QUe ya sabes que dicen que el saber no ocupa lugar y los libros...bueno en realidad es mentira los libros ocupan lugar, y mucho. En realidad el gracioso que dijo eso no tendría libros en su casa... A mi ya hace tiempo que las estanterías rebosan libros me he visto obligada a colocar libros en horizontal que queda horroroso pero aprovecha más el espacio. Acabaré por tener que renunciar a cualquier otro tipo de decoración y revestir todas las paredes con enormes estanterías que lleguen hasta el techo.

Me gusta tu propuesta de Suetonio, a ver si me hago con él.

Víctor dijo...

Sí, los libros tienen también algo de fetiche, en realidad no habría por qué comprarse ninguno, bastaría con sacarse el carnet de la biblioteca más cercana...

Claro que no voy a dejar de pasarme, :-P

Carol dijo...

¡Que alivio! Pensaba que estaba a punto de perder a un lector por sobredosis de libros...

Ay si... Debería aficionarme más a las bibliotecas, pero tengo un gran sentimiento de posesión en lo que a los libros se refiere. Me gusta que sean míos o que estén por casa y poder echarles mano cuando quiera sin tener que andar hasta la biblioteca.

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Carol me tienes asombrada por tu pasión, por la cultura. No cualquiera lee este tipo de libros y las historias maravillosas de los grandes imperios. Espero leer tal libro que a todas luces dice lo magistralmente que es.

Gracias Carol por traernos esa cultura tan importante para todos

Un abrazo y un beso de mi parte.
Celia

PD- si que sé lo que es tener las paredes cubiertas de libros, mi ex, debe de tener miles de libros, imaginate viví con él como 30 años y era muy grato tener a mano el libro que se requería. Cuando me fiy de casa no me llebe libros y aprendí que en la Biblioteca más grande del mundo encuentro mucho de lo que busco (la biblioteca Internet) que me dice lo que deseo, aunque reconozco que algunos libros completos no los encuentro. pero como ves muchas cosas las aprendo con personas como tú.

Carol dijo...

Muchas gracias celia, tus visitas siempre són de lo más grato :)
Aunque par mí los libros tiene algo especial, me gusta que sean míos poder abrirlos cuando quiera y releerlos tantas veces como quiera...

Neverknowsbest dijo...

¡Pero, Carol! ¡De dónde sacas tanto tiempo y ganas!

Yo ahora me estoy leyendo un libro de texto sobre economía de segundo de bachiller. Culturilla que pilla uno, ya sabes.

Un bezu :*

Carol dijo...

Pues...el tiempo lo saco de donde puedo y las ganas, creo que son intrínsecas.
En fin, creo que puedo hacerte la misma pregunta...¿economía? Lo siento, pero es un campo que no me llama demasiado.

Neverknowsbest dijo...

Es un intento a la desesperada de entender muchas de las cosas inentendibles de este mundo, y también para entender el lenguaje del politiqueo, si es que se puede.

Bueno, Carol, disculpa mi indiscreción: A parte de la novela histórica y la buena literatura, ¿qué cosas te llaman?

Carol dijo...

Indiscreción disculpada.
Pues...La biología (por supuesto), el cine, el arte y vamos, la vida en general. Luego existen las cosas que me superan y que de ninguna de las maneras puedo llegar a entender como la física, las matemáticas o la música frente a la que me encuentro con dificultades sorprendentes. SUpongo que es culpa de tener una hermana pianista...

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Hola Carol:
Yo tampoco me he leído este libro, pero bueno, soy historiador, así que son temas que me son queridos. He visto en el metro a alguna chica hermosa leyéndose este libro, y me llamó la atención por lo voluminoso. De haberme encontrado con ella en La Habana, le hubiera dicho algo así como.
"Oye, bonita, ¿no hace daño leerse esos libros tan gordos?"
(Una broma de mi parte, jejeje)
Un abrazo:
Tadeo

Carol dijo...

Jajajjajaja
no se yo que habría contestado si me dicen algo asi mientras leo en el metro, acostumbro a ser muy borde cuando me sacan a la fuerza de mis lecturas. Pues te lo recomiendo de veras, es un muy buen libro.