Recientemente he leído el primer tomo de la serie Millennium del escritor sueco Stieg Larsson. Los hombres que no amaban a las mujeres es sin duda una novela que me ha enganchado de un modo totalmente alucinante y que recomiendo a todo aquel o aquella que quiera pasar un buen rato resolviendo un misterio.
Larsson murió a causa de un fallo cardíaco a los 50 años, antes de ver publicada su primera obra. En Suecia era un reconocido periodista y reportero de guerra conocido sobre todo en calidad de experto sobre grupos de extrema derecha antidemocrática. Durante su vida participó activamente en diversas organizaciones anti-bélicas y fue, fundador, editor, director y escritor de la revista Expo altamente comprometida contra todo tipo de violencia. Escribió varios libros de investigación periodística acerca de los grupos nazis suecos y sobre las intrincadas conexiones entre la extrema derecha, el abuso del poder y los fraudes financieros. Fue amenazado de muerte en varias ocasiones por grupos de extrema derecha radical, esa fue la causa principal de su negación a casarse con su compañera de toda la vida Eva Gabrielsson, su nombre no podía aparecer en ningún tipo de registro para no ser localizado por sus enemigos, así pues todo estaba a nombre de su mujer. Sin embargo, tras su muerte su familia se ha lanzado como buitres a la carroña intentando hacerse con los bienes surgidos del brutal éxito que esta teniendo su obra. Eso si, Gabrielsson al no tener ningún lazo legal vinculado a Larsson no ha podido ver ni el asomo de una corona, todo el dinero está hiendo a parar de un modo completamente mezquino a manos del padre y el hermano de Larsson. Según su mujer, Larsson tenía pensado destinar los beneficios de los libros a la lucha contra la violencia de género y a su propia revista Expo. Tras el “boom” que ha supuesto la serie de Larsson, Gabrielsson cuenta en una entrevista que su marido dedicó tanto tiempo y tanto trabajo a luchar contra la violencia de género porque de joven, durante un viaje de placer con unos amigos, fue testigo una violación y jamás dejó de culpabilizarse por no haberla podido evitar.
Tras conocer la historia de Larsson ya estaba condenada a leerme el libro, así que me hice con un ejemplar. En una primera lectura pueden verse muchas similitudes entre el propio Larsson y el protagonista de la novela Mikael Blomkvist. Ambos son fundadores de su propia revista, Larsson es periodista de Expo mientras que Mikael investiga en la revista de militancia liberal Millenium. Sin embargo, Millenium es una revista especializada en el periodismo de investigación sobre los delitos económicos de las grandes corporaciones mientras que Expo no cuenta ni con los fondos ni con la fortaleza necesaria para ello. Sin embargo, y a diferencia de Larsson que pese a todo su ideal de vida era bastante sosegado, Mikael es un hombre apuesto siempre rodeado de mujeres que a lo largo de la novela lo vemos interactuando con personajes cada cual más sorprendente. Su jefa la bellísima e inteligente Erika Berguer es una mujer casada con un artista de éxito que aún así mantiene una abierta relación con el protagonista. Lisbeth Salander es una joven que aparenta 10 años menos de los que tiene en realidad, una inadaptada social a la que tachan de retrasada pero que sin embargo posee grandes dotes para la investigación. Henrik Vanger, el viejo y rico propietario de las fábricas familiares Vanger que en su día fueron el peso más importante de la industria sueca, ahora están en declive pero todavía no ha perdido su poder… Los hombres que no amaban a las mujeres no es la mejor obra policíaca hasta el momento, pero es un súper-ventas digno de ser leído. Explora temas quizá un poco puestos de moda, pero lo hace de una forma que en tan solo un capítulo consigue atrapar al lector de tal modo que va a verse obligado a acabar la novela de un solo tirón. Por eso lectores, os animo a que no cometáis la estupidez que cometí yo… No intentéis leer esta novela en el metro, pues resulta bastante imposible ni cometáis el gran error de leeros la contraportada porque os aseguro que fastidia nada más ni nada menos que las 400 primeras páginas. Ahora si, tenéis toda mi recomendación (que no es gran cosa) para iniciar la lectura de la serie de Larsson.
¡Buena suerte!