Saludos lectores,
La indignación, la rabia y la impotencia corren por mis venas. No puedo más que desesperarme frente las grandes muestras de violencia que han ocurrido recientemente en Barcelona. Multitud de personas sentadas en Plaza Catalunya, posicionándose pacífica pero firmemente en sus principios. Algunos incluso imitando la revolución de los claveles, sentados, los brazos en alto, flor en mano. ¡Ilusos! Aquí las flores se castigan con porras. Por orden de arriba, por orden del mismo Conseller d'Interior que después de los hechos aún es capaz de autojustificarse diciendo que no cree que la respuesta de la policía haya sido excesiva. Pero nosotros sabemos que hoy vivimos en la era de la tecnología y no, no se nos engaña porque tenemos imágenes que valen más que sus palabras.
Partícipes del movimiento y afines a los acampados hemos decidido hacer nuestro el verso de Blas de Otero y como él proclamar que pese a todo, nos queda la palabra. La base es mandar cartas al director, bombardear todos los medios con nuestra opinión. Una lucha pacífica, racional, golpeando mientras se esquivan los golpes.
Aquí el poema de Blas de Otero, En el principio del libro Pido la Paz y la Palabra de 1955:
La indignación, la rabia y la impotencia corren por mis venas. No puedo más que desesperarme frente las grandes muestras de violencia que han ocurrido recientemente en Barcelona. Multitud de personas sentadas en Plaza Catalunya, posicionándose pacífica pero firmemente en sus principios. Algunos incluso imitando la revolución de los claveles, sentados, los brazos en alto, flor en mano. ¡Ilusos! Aquí las flores se castigan con porras. Por orden de arriba, por orden del mismo Conseller d'Interior que después de los hechos aún es capaz de autojustificarse diciendo que no cree que la respuesta de la policía haya sido excesiva. Pero nosotros sabemos que hoy vivimos en la era de la tecnología y no, no se nos engaña porque tenemos imágenes que valen más que sus palabras.
Partícipes del movimiento y afines a los acampados hemos decidido hacer nuestro el verso de Blas de Otero y como él proclamar que pese a todo, nos queda la palabra. La base es mandar cartas al director, bombardear todos los medios con nuestra opinión. Una lucha pacífica, racional, golpeando mientras se esquivan los golpes.
Aquí el poema de Blas de Otero, En el principio del libro Pido la Paz y la Palabra de 1955:
Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.